20/1/13

DESARROLLO SEXUAL ADOLESCENTE


1. EL DESARROLLO SEXUAL Y LA PRESIÓN SOCIAL 

La sexualidad es una parte integral de nuestras vidas desde el momento del nacimiento hasta la muerte. Para los adolescentes, el hacerse cargo de su saliente sexualidad es parte del proceso natural de transformación en adulto. 

La adolescencia es un periodo de rápidos y drásticos cambios y transformaciones que se dan tanto en el aspecto físico, psíquico, conductual y sobre todo social. El detonante de la evolución fisiológica es el hipotálamo, el cual ordena a la hipófisis que produzca hormonas y las envíe a través de la circulación sanguínea para que estimulen la segregación de hormonas sexuales, lo cual producirá el desarrollo de los rasgos sexuales. 

En las chicas, el crecimiento alcanzará su punto máximo aproximadamente cuando tenga unos 14 años, mientras que en el caso de los chicos se producirá cuando tenga unos 18 años aproximadamente. En este punto el proceso de maduración física se cierra porque ya está completo. Pero, este paso a la edad adulta implica una evolución psicológica que presentará diversos matices y particularidades. 

El adolescente una vez convertido en un hombre o mujer sexualmente hablando, aún vive en muchos aspectos en el estado de ánimo de la niñez. Delante de él hay un largo trecho hacia el mundo de los adultos y trajinar en ella hasta conseguir, la meta es muy dura y trabajoso. Pero sólo entonces se habrá convertido psíquica y físicamente en un adulto. 

Los pasos que se siguen en este camino suelen ser guiados de una manera ordenada y armoniosa por la mayoría de los adolescentes; sin embargo, la velocidad en el tránsito será muy diferente para cada adolescente, según el área de la que se trate y del tipo de factores que ejercerán en su desarrollo. 

El aprendizaje acerca de la sexualidad se da desde la primera infancia. Siendo lactantes tienen sensaciones al tocarse, por la manera de ser acariciados, abrazados, besados y acunados. Para el infante, dichas acciones son la gran vivencia de la intimidad. De niño, incorporan los mensajes verbales y no verbales de sus padres y los adultos que los rodean, observando atentamente sus interacciones, sus expresiones de afecto y sus actitudes sexuales. 

Por tanto, “La sexualidad debe ser considerada dentro del contexto del desarrollo humano, no como un secreto a ser guardado por el silencio del adulto. Las opiniones y las percepciones acerca de los roles del adolescente y del adulto deben de basarse en el respeto mutuo y ser examinadas dentro del contexto de realidades y expectativas sociales. El tema crucial es la calidad de vida para todos los niños y adolescentes, la proposición de que ellos alcancen su potencial y que cuando el camino sea duro, recibirán apoyo y ayuda.”[1]

El despertar de la sexualidad en la adolescencia abarca fenómenos biológicos confusos, al mismo tiempo que involucra emociones, comunicación y conceptos acerca del yo personal y de los demás. En esta etapa se prestan gran atención a las manifestaciones de erotismo que se presentan en los programas de televisión, películas, la música, los anuncios comerciales, los periódicos, etc. Como consecuencia, durante la adolescencia son frecuentes los enamoramientos fogosos y apasionados, pero efímeros. Algunas veces “muy íntimos”, ya que acontecen las primeras relaciones sexuales. Los adolescentes flirtean con el floreciente sexo, con el propio y con el ajeno, aunque sea del mismo sexo. Se presentan enamoramientos fantasiosos y platónicos (las jovencitas se enamoran de sus profesores y los jovencitos de las estrellas de cine). 

El adolescente actual vive hostilizado por la sociedad bajo fuertes presiones y estímulos en dirección de la iniciación sexual, al mismo tiempo que le generan confusiones acerca de sus propios cambios corporales y emocionales. Se promociona deliberadamente hasta extremos insospechados un lujurioso sexo, bien sea a través de revistas especializadas, pornografía televisiva, vallas publicitarias, anuncios en periódicos, telefonía erótica, vídeos, temas de rock duro, sex-shops, etc., a través de las cuales se construye el concepto del “sexo recreacional”; es decir, sexo como mero divertimiento, y el “sexo sin culpabilidad”, como sinónimo de una conquista humana a favor de la liberación sexual de este fin de siglo; con la se aceleran la actividad sexual precoz en los adolescentes 

2. LAS FANTASÍAS SEXUALES DEL ADOLESCENTE: 

2.1. LAS FANTASÍAS ERÓTICAS O SEXUALES 

Son imágenes que se crean o que se recuerda haber visto sobre aspectos relacionados con el sexo, las cuales producen excitación sexual. Es normal que a veces se den estas fantasías y es importante tener en cuenta que sólo son fantasías 

Durante la adolescencia las fantasías psicosexuales se tornan más frecuentes, más evidentes y cumplen varias funciones: 
  • Es factor motivador de la masturbación 
  • Realza por lo general el placer de la actividad sexual 
  • Sustituye alguna experiencia real pero que es imposible alcanzarla; 
  • Origina excitación o provoca el orgasmo sin que hayga un acto sexual; 
  • Constituye una especie de tribuna de ensayo mental de cara a futuros situaciones sexuales aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad 
  • Es un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante. 
2.2. ALCANCES Y APLICABILIDAD DE LAS FANTASÍAS EN LA ACTIVIDAD SEXUAL DEL INDIVIDUO: 

La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de sus fantasías, implica decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse sexualmente en fases posteriores. 

Esta funcionabilidad se define la búsqueda de la independencia personal. A medida que el adolescente pugna por consolidar un sentido de identidad e independencia personal con respecto a sus padres y a otras figuras autoritarias, adquieren gran importancia las relaciones recíprocas con los compañeros y compañeras de la misma o parecida edad. Así, por ejemplo, la necesidad de libertad que experimenta el adolescente se acompaña normalmente por una gran exigencia de ser como sus amigos, por más que en ocasiones ambas exigencias sean contrapuestas o antagónicas. 

Las presiones del grupo de edad al que pertenece el adolescente varían según las colectividades sociales. 

En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos, algunos adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y de presentar cara a la escala de valores de la otra generación. Pero la conquista de esa libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo y otro un considerable legado sexual de sus mayores y de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de culpabilidad sexual. Han cambiado antes las actitudes que la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea de igualdad entre ambos sexos No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la superioridad del varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la mujer la que lo hace, lo más probable es que se la tache de "atrevida" o "calentona". Los adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala información y desconcierto en materia de sexualidad; más bien parece que hayan sustituido determinados problemas por otro contingente de dificultades. 

3. LA MASTURBACIÓN 

La invasión de las hormonas sexuales en el torrente sanguíneo del adolescente, aumentan la necesidad sentir el placer; esa misma razón les empuja a los chicos y las chicas a tocarse los genitales. Dicha actividad de autotocamiento es el proceso de iniciación masturbatoria. 

La masturbación calma los impulsos sexuales de muchos adolescentes. Desde el punto de vista puramente médico, no hay evidencia alguna de que la masturbación produzca daño corporal. 

El auto estimulación genital es mucho más intensa y frecuente en los adolescentes coincidiendo con el máximo desarrollo del crecimiento. Si bien este fenómeno es extremadamente frecuente, muchos adolescentes, también sanos, no sienten la necesidad de hacerlo o lo rechazan conscientemente por motivos diversos. Este placer sexual solitario tiene significados diferentes, según cada persona, su tradición familiar, edad y circunstancia vital, por lo que es difícil generalizar y dar respuestas válidas para todos. 

En la temprana adolescencia esta motivado por la curiosidad y el disfrutar un placer intenso, hasta entonces casi desconocido. Más adelante puede ser vivida como una descarga de ansiedad o tensiones, ante la imposibilidad de tener contactos sexuales reales. Este lapso permite al adolescente fantasear con su futuro papel sexual. Posteriormente, si más allá de esta edad no termina de “calmar” a quienes la practican, es precisamente porque no se logra ese “compartir intimidades”, que hace del placer un generador de alegría de vivir. 

La masturbación puede ser considerada como una manera normal de descubrir su yo privado relacionado a sus impulsos sexuales y no tiene por qué ser una fuente de temor. Sin embargo, cualquiera que fuera las características de este proceso, no hay que descalificar al adolescente que se masturba, tachándole de falto de voluntad o fracasado, ni tampoco hay que banalizar el placer, haciendo propaganda de la auto estimación sexual. 

4. LA AMISTAD Y EL ENAMORAMIENTO 

En las amistades adolescentes se desarrolla en primer lugar la ternura, disociada todavía de este otro componente del amor que es el instinto sexual y cuya acentuación lleva normalmente al muchacho o a la muchacha a volverse hacia el otro sexo. 

El amor se vuelve entonces el gran asunto de la vida, con sus emociones y sus tormentos, y sobre todo con su gran carga de romanticismo. 

Los adolescentes empiezan casi todos por soñar en un amor ideal, depurado de todo elemento carnal, un amor adornado por la imaginación y la fantasía, a cuya visión la realidad aparece vacía y deslucida. 

La tendencia a idealizar el instinto es común, a chicos y chicas; se traduce en la nueva intensidad de la vida imaginativa, en los largos sueños, en el gusto por la soledad. Así, en lo imaginario, el adolescente y aún más las chicas que los chicos, van a saciar primero su necesidad de amor y de ser amados. 

En el terreno de la fantasía pueden entregarse sin peligro a los ardores de la pasión amorosa; compensar, atribuyéndose todas las gracias y toda la capacidad de seducción, la torpeza y la timidez que manifiestan en la realidad. 

El enamoramiento podrá seguir diversos rumbos, según predominen los aspecto platónicos o carnales. Aunque actualmente existe la tendencia a identificar el amor con lo sexual hasta el punto de considerar que no hay amor sin el ejercicio de la sexualidad. 

El muchacho expresa su identidad sexual a través de las imágenes de las fantasías eróticas y los sueños que acompañan a sus poluciones nocturnas. De esta manera los fantasías del adolescente tomaran rápidamente un giro realista, mientras que la muchacha adolescente continuara con los suyos, ignorando la sexualidad que les da color. Como las muchachas no suelen tener sueños orgásmicos en la adolescencia, manifiestan más bien su identidad de género a través de las fantasías romántico-sentimentales, en relación quizás, como la experiencia real, con una narración de amor o con una película romántica. 

En ellas la toma de conciencia de su capacidad sexual se efectúa más tarde, ya que la excitabilidad sexual permanece más tiempo difuso, sin localización precisa en los órganos genitales. 

“Ellas fingen sexo para obtener amor, y ellos fingen amor para obtener sexo”. [2]

La ternura se desarrolla antes que el placer de los sentidos y, por esto, las imaginaciones sentimentales y novelescas ocuparan, en un principio, un espacio considerable en la vida de la joven. La tendencia a idealizar el amor esta más marcada en la adolescente que en el adolescente. 

Por supuesto que en cada época, en cada sociedad y en cada cultura ocurrirán cambios y permutaciones, no siendo inusual encontrar adolescentes mujeres en quiénes la vivencia erótica es intensa e importante así como adolescentes varones con inclinaciones poéticas y románticas. 

4. EL ENAMORAMIENTO Y EL AMOR 

Se puede caracterizar el enamoramiento como una "locura" transitoria que no tiene edad y que repercute en gran medida en la vida cotidiana del afectado. Durante la adolescencia es, claramente, una emoción que irrumpe sin avisar, intensa y bruscamente y que normalmente se atenuará con el paso del tiempo. El enamoramiento es una experiencia que conmueve y conmociona, un estado pasajero en que el mundo tiende a convertirse en un paraíso y la vida en una fiesta: el diálogo entre enamorados, por arte de magia, deviene inagotable; el sentido del tiempo desaparece. El amor, en su primera e impulsiva fase, es una nueva, luminosa y diferente forma de estar en la vida, que sacude nuestros cimientos racionales y nos lleva a vivir desde otra perspectiva. Esta experiencia, presenta síntomas, aunque suene irónico. El amor puede vislumbrarse como una patología, como un trastorno ocasional con sus síntomas característicos. Veamos tres de ellos: 
  • La idealización de la otra persona se muestra extremadamente, la admiración que sentimos hacia ella o él se acrecienta, se le atribuye un conjunto de características positivas y nobles, omitiéndose los planteamientos críticos. 
  • Hay ausencia de la agresividad para la persona amada, sólo tenemos palabras dulces y amables. Se produce también un cierto trastorno de la atención: todo se nos antoja óptimo, casi mágico. Así, la vida es un regalo e invita a la ensoñación. La comunicación entre los enamorados es más frecuente. "Te querré siempre", decimos, insuflados de un optimismo ciego y renunciando a mirar a un pasado poco complaciente. 
  • Asimismo, aparece el "secuestro mental": la vida del enamorado gira en torno a cuándo se producirá el próximo encuentro con el destinatario de ese amor. El tiempo adquiere un ritmo distinto, en función de si estamos o no con la persona amada. Sacrificio y esfuerzo no tienen el sentido habitual si se trata de hacer algo por el otro o si permite estar con él o ella. Nos descubrimos más generosos y volcados que nunca: satisfacer, sorprender y agradar al otro se convierte en la mayor ilusión. Ese es uno de los problemas: en esta fase impulsiva y optimista a ultranza: comprender al otro, entenderle, deviene cuestión secundaria. 
No todos vivimos de igual modo la experiencia amorosa y puede variar la intensidad de estos síntomas o que no concurran todos ellos, pero la idealización, la peculiar comunicación, la percepción del tiempo, la placidez y las manifestaciones corporales definen el enamoramiento pasional. 

5. LAS SENSACIONES Y SENTIMIENTOS SEXUALES 

El cuerpo humano está preparado para experimentar sensaciones físicas placenteras a través de los cinco sentidos. Por ejemplo: al mirar un hermoso cielo azul, cuando se escucha una canción, cuando se acaricia a alguien, etc. 

La sensualidad es la capacidad de sentir placer a través de nuestros sentidos, es un importante elemento del Yo. En la adolescencia se comienzan a experimentar sensaciones y sentimientos sexuales ante determinados estímulos, esto es excitación. 

Muchas veces esto causa incomodidad y preocupación, sin embargo cuando la adolescente aprende a reconocer y aceptar la excitación como un fenómeno fisiológico natural, se empieza a sentir segura de sí misma y podrá decidir cómo manejar estas nuevas experiencias 

6. LAS RELACIONES SEXUALES 

¿A que edad se debe tener la primera relación sexual? No se puede determinar una edad para el debut sexual. Esta incógnita conlleva muchas preocupaciones provenientes de la doble configuración con que se miden las relaciones de cada uno de los sexos. 

Se desea que la niña no tenga experiencia sexual antes de su matrimonio, condenando las relaciones sexuales prematrimoniales, al mismo tiempo que se aguarda con inquietud que el varón se estrene y tenga su experiencia sexual y así demuestre “que es hombre”. 

Antes de decidir a tener un contacto sexual es muy importante estar seguro de cuatro cosas. 
  1. Es conveniente tener toda la información necesaria para enfrentar a cualquier consecuencia. 
  2. Hacer el amor debe significar una decisión propia y no para complacer a otra persona, ni para demostrar algo, ni para quedar bien con los compañeros o compañeras.
  3. Debes estar dispuestos a asumir la responsabilidad de un embarazo, de adquirir una enfermedad transmisible sexualmente o cual fuera la consecuencia de una relación sexual. 
  4. Debes conocer que con el despertar sexual en la adolescencia, la morfología y la fisiología del cuerpo sufren durante la adolescencia una gran cantidad de cambios debido al desarrollo de las glándulas sexuales. 
  5. Es importante que los jóvenes, antes de comenzar su vida sexual, puedan idealizar y reconocer el valor de la sexualidad en la vida de los seres humanos, superando sentimientos de culpa, vergüenza o dificultades surgidos de la infancia. 
7. EL COITO, EL ORGASMO Y LAS DISFUNCIONES 

La primera experiencia coital en adolescentes puede constituir un episodio de dicha, goce, intimidad y satisfacción o, por el contrario, originar inquietud, desengaño y culpa. Por eso es necesario encaminarlas correctamente hacia el logro de una relación coital gratificante y satisfactorio, dejando de lado los mitos, perjuicios y tabúes. 

Los adolescentes tienen una gran curiosidad y sienten una gran ansiedad acerca de los sentimientos y sensaciones que rodean al acto sexual y acerca de las características físicas del acto en sí, especialmente en lo referente a la desfloración (perder la virginidad). 

La mayoría de adolescentes varones ignoran que la capacidad eréctil del pene se debe a un llenado de sangre de un tejido esponjoso del miembro viril, llamado cuerpo cavernoso, como resultado de la excitación sexual. También desconocen que la vagina se humedece con la excitación sexual, teniendo la noción incorrecta de que la mujer eyacula. 

El orgasmo se produce como la culminación de la excitación sexual, con la sensación de placer que acompaña la eliminación de la tensión sexual. En el varón hay contracción-relajación del sistema muscular genital y el semen es eyaculado en breves tandas; después de la eyaculación el pene vuelve a su estado de flacidez. 

En la adolescente la respuesta del clítoris es similar y concluye también con las contracciones del orgasmo. Habitualmente la joven no tiene el orgasmo durante las primeras experiencias sexuales. 

Es muy común que el orgasmo de la pareja no sea simultáneo, además, cada persona responde de manera diferente a la estimulación sexual y el coito no siempre debe culminar en orgasmo. 

Las disfunciones sexuales son frecuentes entre los adolescentes. Muchos varones ansiosos eyaculan a los pocos segundos de iniciado el coito, otros tienen dificultades con su erección. También muchas chicas ansiosas pueden tener dificultades en excitarse sexualmente y en consecuencia tendrán una secreción vaginal escasa o ausente de modo que si mantienen relaciones sexuales, estas resultarán incomodas y a menudo dolorosas y pueden tener dificultades para llegar al orgasmo. 

8. LA PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL: 

Iniciarse sexualmente es una decisión importante que el adolescente puede lograr. Pero este logro gran significado en la medida de cómo se hallan instalados las creencias y los condicionamientos culturales en la personalidad de cada adolescente, de ello dependerá la posibilidad de disfrutar o sufrir el sexo. El sexo es algo que debe, idealmente, experimentarse en condiciones de armonía entre los deseos y las convicciones y, si estas son restringidas en cuanto a su realización más difícil será para el individuo, experimentarlo con placer. A la vez hay un tiempo de aprendizaje y familiarización con el cuerpo y sus sensaciones, y es bueno descubrir al otro y descubrirse a si mismo. 

Para quienes decidan ponerlo en práctica, es importante conocer que las incertidumbres y los miedos son lógicos en la primera vez. Lo ideal es tener confianza en la pareja y encontrarse en un buen clima (un lugar íntimo y tranquilo). Como el sexo es más amplio que la penetración en sí, hay muchas formas de dar y obtener placer. Para la mujer será muy importante si la iniciación se da en un contexto de amor y ternura o al menos un trato delicado y respetuoso. 

Se pueden practicar algunas variantes del sexo hasta sentirse más segura y relajada. Es importante comenzar con juegos previos a la penetración. Las caricias, la estimulación manual, los besos son fundamentales para lograr la excitación, permitiendo tener una adecuada lubricación para que de esa forma lograr la penetración, la cual no tiene por que ser dolorosa. De todas formas muchas veces sucede que hay "varias primeras veces", hasta alcanzar la penetración completa, ante todo hay que tener paciencia y no descuidar que los juegos previos son tan importantes como la penetración en si. 

9. LAS CARICIAS SEXUALES 

¿Acaso sólo es sexo el coito? Indudablemente no. La muchacha y el muchacho, debe saber proporcionar caricias antes, durante y después del acto sexual. Sirven para disfrutar del sexo con todo el cuerpo 

Las caricias sexuales no necesitan manual. Deben ser algo espontáneo. No olvides preguntar al otro si le gusta, si le apetece o si le da corte que le toquen en algunos sitios (demasiadas “cosquillas” pueden resultar molestas). Las caricias resultan más excitantes en las llamadas zonas erógenas: 

a. Zonas erógenas comunes a chicos y chicas: 
  • La piel de las zonas cercanas a los genitales. 
  • La boca, labios y lengua. 
  • Toda la piel del cuerpo. 
  • El oído: no la oreja sino lo que se oye: a veces lo más excitante es lo que te dicen, más que lo que te tocan. 
b. Zonas erógenas en los chicos: 
  • Las mamilas 
  • El pene, por supuesto, y más específicamente la cabeza del glande, la zona del frenillo y el rafe medio (la arruga que hay por la parte inferior). 
  • La piel del escroto. 
  • La piel alrededor del ano. 
  • Las orejas y el cuello. 
c. Zonas erógenas en las chicas: 
  • La piel próxima a la zona de la vulva. 
  • Las mamas (algunas chicas consideran muy excitante el mordisqueo o la succión más o menos intensa del pezón. Otras se "derriten" con caricias suaves, en forma circular por los pechos). 
  • La piel de la espalda, las nalgas. 
  • La piel de la cara interna de los muslos y piernas.
  • Masajes en los pies. 
  • La boca. 
Las caricias son una expresión que permite decirle a tu pareja cuánto le quieres, descubrir las partes del cuerpo que aportan placer, facilitar la excitación y la lubricación vaginal. Algunas parejas prefieren no tener relaciones sexuales completas hasta que no se conocen mejor, pero comparten esos placeres. 

Para disfrutar de caricias sexuales más o menos excitantes y siempre que sea en un clima de respeto, cualquier edad es propicio (adolescente, adulto o anciano) Los períodos en se practican poseen grandes ventajas: 
Antes o después del sexo son placenteras las caricias. 
Además, algunas parejas lo consideran una alternativa muy agradable: 
  • Durante la menstruación (si a alguno de los dos le resulta desagradable el coito en esos días) 
  • Durante los “días fértiles” en parejas que han elegido un método natural para evitar embarazos. 
  • Cuando no se ha iniciado el uso de anticonceptivo o no se tiene uno disponible a mano. 
  • Cuando se quieren decir uno al otro que se aman y se desean. 
Parejas que desean esperar un tiempo antes de tener relaciones con coito. 

Durante las caricias, tú o ella pueden indicar mejor que nadie el lugar favorito, el ritmo, la intensidad de los estímulos. Tú también puedes pedir por esa boca: “Me encantaría que me tocaras en...” “Un poquito más suave, un poquito más rápido”,... 

Otros “ingredientes” necesarios para experimentar una agradable caricia sexual son sobre todo: intimidad, comunicación, consentimiento, respeto, imaginación. A veces: lencería, instrumentos, videos, fotos, etc. Y lo que sobra es: la prisa, obligar al otro, exigir, poner condiciones. 

10. EL SIGNIFICADO DE LA VIRGINIDAD Y LA DES-FLORACIÓN DEL HIMEN 

El himen es una delgada membrana que se encuentra a pocos milímetros de la entrada de la vagina. 

Hay mujeres que congénitamente carecen de himen; hay otras que lo tienen pero no esta perforado y hay mujeres que tienen un himen de gran elasticidad por lo tanto, prácticamente no hay sangrado ni se observa dolor alguno y puede no romperse hasta después de numerosas relaciones. A la mujer que no ha sido penetrada sexualmente se la considera virgen y esto supone la integridad del himen. Es común la idea de que en la "primera vez", la penetración sea dificultosa, haga sangrar y cause dolor a la mujer. 

El himen puede sangrar cuando se desgarra, lo que ocurre durante la penetración en los primeros contactos sexuales o por lesión accidental. 

Desde algunas religiones la virginidad es considerada un tesoro y el himen su llave. En este sentido, la desfloración (otro modo de designar a la primera relación sexual de la mujer) es vivida como pérdida y según las convicciones de quien la experimente, puede vivirse con placer o por lo contrario con angustia, culpa o una intensificación de las naturales molestias físicas. La primera vez, muchas veces puede producir cierta ansiedad, sobre todo a medida que uno va creciendo en edad y aún no ha pasado por la experiencia. 

El paso del tiempo genera a veces una sensación de vergüenza y de haber "perdido el tren", fantasía que inhibe la posibilidad de un posible contacto sexual satisfactorio. Es importante diferenciar inhibiciones sexuales de tipo neurótico de aquellas que se desprenden de concepciones religiosas. Desde algunas perspectivas religiosas, para muchas mujeres, el acercamiento sexual que no apunte específicamente a la reproducción es considerado algo impropio y pecaminoso. Por idénticas razones muchas mujeres no conocen su cuerpo, ni están dispuestas a hacerlo. Bajo estos condicionamientos no es difícil que la mujer considere al erotismo como algo vergonzante. 

Las posibilidades de experimentar placer en mujeres comprometidas con sentimientos o convicciones religiosas estarán condicionadas a lo que su conciencia, le permita. La neurosis perturba generalmente la actividad sexual pero por otros mecanismos, en cuya base hay profundos temores o fantasías temidas y reprimidas ligadas a la sexualidad. 

[1]   Declaración que realizó el Comité sobre Embarazo Adolescente del Estado de Nueva Jersey y de Estados Unidos en l988
[2] Alejandra Vallejo Najera

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